El objetivo era claro: saber algo más de este fenómeno llamado Brasil. Tenía los comentarios de los chicos de Argentina –por las entrevistas oportunamente publicadas- que las preferencias eran para Brasil, luego Colombia y Venezuela. Tenía mucha curiosidad en saber si los jugadores de Brasil perciben esa creencia. Ellos son concientes de eso, pero además agrega Anderson Ferreira que “el técnico viaja mucho a Europa, desde donde trae las técnicas nuevas del juego”.
En esta idea de conocer algo más de Brasil, saber algo sobre su identidad, se me ocurrió proponerles algo: que me dieran fundamentos, pilares, ideas fuerza, que de alguna manera construyan la identidad de este seleccionado. El capitán respondió “Brasil es un equipo con un buen contraataque, con un buen nivel en los tiros al arco, y con una buena defensa”. Junto a mi grabador, hacía también algún punteo. Cuando Anderson Ferreira me redondeó la respuesta, pensé, y casi inmediatamente le dije “son buenos en todo!” con lo cual rompieron en una típica carcajada carioca.
Sigo preguntando, sigo con curiosidad por saber el know-how de esta máquina deportiva que se llama Brasil. Reflexionando con ellos les cuento una frase que me llegó por mail al terminar el primer partido entre Brasil y Argentina y que decía más o menos lo siguiente: nos superaron en lo físico, en lo táctico y en lo psicológico. Me llamó la atención lo último y por eso les pregunté cómo se preparan ellos para los partidos. “Escuchamos música” me contestaron al unísono. “Cada uno tiene su música y escucha lo que le gusta, y con eso nos enfocamos en el juego del día”. Al parecer y según lo que me comentaron, cada uno tiene su forma de concentración, y es respetada. Algunos escuchan ópera, otros funky, y esto sucede de una hora y media a dos horas antes del partido. Otros hablan sobre el encuentro que viene, o intercambian comentarios con el entrenador. En general, parece que optan por el silencio.
El encuentro termina. Los jugadores de Brasil tienen que ir a prepararse para el partido de semifinal con Argentina. El Hotel Conde –donde tan bien me atendieron para el contacto con la delegación brasileña- los espera para escuchar (cada uno) su música. Me queda una sensación: en este deporte, como también en atletismo o hockey sobre patines, estarían dadas ciertas políticas de Estado, o políticas federativas, o simplemente políticas de clubes, que permiten planificar a largo plazo, y lograr resultados esperados. Si Brasil apuesta y –hasta ahora- gana, habrá que buscar el motivo del por qué algo está fallando en Argentina.
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