El encuentro organizado por Daniel San Martín tiene como mayor objetivo difundir el deporte que en los últimos años perdió muchos adeptos, crear nuevos jugadores y poner a la Argentina nuevamente en un plano importante de competición.
Este innovador proyecto, que no tiene antecedentes, del que participaran 173 inscriptos de 54 ciudades de toda América, contó desde el comienzo con el apoyo de la Subsecretaría de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires y con el del mismísimo Power, quien se mostró muy contento de estar en Argentina participando de esto, que se ha convertido en su proyecto personal luego de abandonar las competencias: hacer del squash un deporte más conocido y con crecimiento mundial.
Esta disciplina, que cuenta con más de 16 millones de jugadores en 145 países, ha sido elegida por la revista Forbes como el deporte más saludable, no sólo por la cantidad de calorías que se queman, sino también por el ejercicio cardiovascular y pulmonar que se hace, según respaldó la Dra. Ciapa.
Jonathon Power dará clínicas deportivas e incluso el día sábado hará una exhibición y jugará con aficionados y personalidades del squash argentino y latinoamericano.
En la rueda de prensa, nos habló de su desarrollo profesional, y del orgullo que sintió al poner al occidente en primer plano, que hasta su llegada era de dominio pakistaní.
Admitió que él llegó a tener el nivel que supo lucir durante años, gracias a la importancia que se le daba al deporte en Canadá, su país natal, ya que se organizaban constantemente eventos con los mejores jugadores, lo que creó una importante plataforma para quienes quisieran formarse en el ámbito profesional.
Asimismo considera que la inversión y dedicación que se le está dando al squash en Argentina es muy importante, “es como plantar una semilla en tierra fértil”, debido a la reconocida habilidad deportiva de nuestro país que sobresale en todas las disciplinas.
En cuanto a su retiro, comentó “tomé la decisión de retirarme porque, a pesar de que me gustaba mucho competir, viajar por todo el mundo conociendo gente, cuando logré ser número uno, sentí que ya no tenía más que conseguir, era mi oro. Entonces pensé que lo mejor era devolverle al squash un poco de todo lo que me dio, y la mejor forma es ésta. Difundir este deporte para que el día de mañana se pueda jugar en todos lados, desde Canadá hasta Argentina”.
También provocó el aplauso de los concurrentes, cuando compartió el momento en que se dio cuenta de que sería el número uno “En el año 1996 fui a jugar a Pakistán contra quien era el mejor del mundo. Íbamos 2-2 y yo ganando el tercero por 9-5 y el árbitro empezó a cobrar todas a su favor, con lo cual terminó ganando él por 15-9. Ahí fue cuando me dí cuenta de que si le podía ganar al mejor jugador en su casa, podía llegar a cumplir mi sueño”.
También remarcó que lo que necesita nuestro país para volver a crecer en el squash es hacer este tipo de eventos que puedan llegar a más personas, y que sin dudas una vez que la gente lo empiece a conocer más, y a disfrutar, no va a haber freno.
Nuevamente Argentina busca integrar la elite deportiva con una nueva apuesta, y a pesar de que deportistas destacados no van a faltar, esperemos encontrar en el deporte más saludable del mundo el lugar para canalizar el estrés que la sociedad mundial provoca.
Micaela Orgaz
Estudiante Periodismo Deportivo
Instituto Grafotécnico
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